lunes, 21 de febrero de 2011

bucle


Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Pues va a ser que aquí el Toppo también.
Está visto que no puedo ir con el cerebro apagao por la vida porque a la mínima que me descuido acabo hecho un cristo.
Como en un puto bucle, el domingo me levanto, me desplazo hacia el baño; encendida de focos, susto de rigor que ya viene siendo todo un clásico -he de recoñocer que hasta me pone y todo el yuyito mañanil-. Aseo corporal, pulimiento de piñata y apertura de ventanas pa que corra el aire.

Pues sí, me he vuelto a dar un rejostión en el otro lado de la testa, esta vez más fuerte, si cabe. 

Se me han saltao unos lagrimones que te cagas. Alarido ensordecedor sin parangón: he parao los relojes.  Potter se ha caído de la cama del sobresalto, se ha puesto el traje de bombero y cuando me ha visto tirao en el suelo retorcido de dolor, me ha venido a hacer curita sana, culito de rana.

No puedo salir a la calle, tengo dos protuberancias en la mollera - una a cada lado- ya no sé qué cojones parezco, pero está claro que emano imagen sobrecogedora.
Es obvio que tengo que pillarme casco integral de acero galvanizado y no sacármelo hasta empiltrarme. Es bien cierto eso que dicen que como empiezas, acabas (la semana, digo). 

Hoy no tengo pebrotes de salir a la calle, con la racha que llevo seguro que se me cae un balcón encima, y no me va muy bien porque en casa he terminao con el botiquín de topionic y mercrominas.

Ni que decir tiene que con la pinta que gasto, que parezco una sarta de sabañones,  Taila me rehuye cuando la miro y a la que me despisto, se viene a orinarse o defecarse en los pinreles.

Estoy como para presentarme a un concurso de bellezones, la hostia.

Toppoatrofiao

lunes, 14 de febrero de 2011

el jodido lunes


Agobio contumaz cuando ha sonao el despertador hoy. Los lunes no me van nada bien. Párpados pegaus, despereza-meng, palpamiento pa ponerse albornoz, palpamiento de pinreles pa encontrar zapatillas y levantarse. Desplaza-meng hasta lavabo, ducha, secarse. Lavamiento de piñata, susto en cuanto enciendo la luz del mirallo (me lo ha cedido Doctor Marketing), secamiento de pelambrera. Acicalamientos varios.


Abro ventana para que corra el aire, ventilación y eliminación de condesación. Me agacho para buscar algo en un armario, no sé lo que busco. Me levanto y me pego un rejostión con la ventana en el tarro que me ha hecho trontollar els monegres. Se me ha desplazao el cerebro de derecha a izquierda. Lo he notao, lo he notao.

Dramático berrido que me ha salido de las entrañas. Creo que he matao a la abuelilla del segundo del sobresalto.Menos mal que no he caído en la taza del waterclosed.
Me visto, le doy desayuno a Taila. Me vuelvo a mirar en el espejo. Me ha crecido un peazo de ñañu en la testa que parece un huevo duro.
Taila que hasta ahora no se ha desperezao, me mira y me gruñe un poco. No se deja poner el arnés, nos enzarzamos en una persecución por el piso. Ella da vueltas y yo empalmo mareo con vahído. Estupendo.

Me he calzao un gorro para que la peña no me mire por la calle. De normal, los gorros me van grandes, hoy me ha costao dios y ayuda encasquetármelo.
Estoy por pillarme un casco o una chichonera. No me va nada bien.

Toppobaldao todavía me tiemblan las piernas

domingo, 13 de febrero de 2011

Multifunción


Sábado mañana. Hemos gaudido de sueño reparador y vigorizante; cuando digo hemos, me refiero a Potter a Taila y mí, mismamente. Eso significa que después de ducha (Potter y yo) y desayuno (Potter, Taila y yo) tenemos el nivel de mansedumbre bajo, o sea que estamos los tres como una puta pila y hay que ir a esbarjirse un poco por algún territorio salvaje o similar.

Como vamos tarde para variar, decidimos pilotar el carro (izquierda rias, curva cerrada jar! trata de arrancarlo, Toppo) e irnos a indagar por el Parc de Collserola. Salvaje, lo que se dice salvaje, no es, eso sí: unos cuantos salvajes en bici sueltos; haberlos, haylos.
Namás poner el pie en tierra firme, se nos han cruzao unos cuantos posesos de la mountain bike haciendo el troll por la montaña. Me han dejao la marca de la rueda en la chiruca. Chachi.

Al Potter a la que lo sueltas en ambiente campestre montañil, se le hinchan los pulmones y los musculitos y con ese afán de superación del alpinista, pretende hacerse la serralada collserolil, pre-pirineo y medio Pirineo andando en un santiameng, ahí es ná.
Todavía me estoy partiendo la caja y Taila, también.
Y eso que ella tiene unas ganas de trotar a lo cabra montesa que te cagas. Dice que no quiere prender todas las cerillas a la vez, me ha salido prudente de mena, la tía.

Visto lo visto, estamos una hora y media haciendo el cabring y nos volvemos a eso de las 5 a comer. Horario findesemanil y desorganizao ande los haya. Al finalizar el trepamiento de escaleras, al llegar al rellano el nivel de mansedumbre del equipo es alto. No quedan energías pa cocinarse ná,  nos planteamos engullirnos el pienso de Taila. Nos ha enseñao los colmillos, así que nos cortamos de pillarle ná.

Hago escapada al super en plan plato preparao y nos fotemos unas faves a la catalana y uns canalons. Todo esto acompañao de carquinyolis y vi ranci y, de fondo, banda sonora sardanil. Fem país, collons.
A las acaballas de la comida, a Potter le ha crecido una barretina en la calva y a mí se me ha desarrollao una redecilla a modo de recogida de moño del todo absurda e inoperante, ya que el Toppo se gasta pelo corto a lo garçon. La redecilla se me resbala constantemente así que se la intento emplantufar a Taila, que me vuelve a enseñar los colmillos.

Recogemos bártulos y asoma conato de siesta sofil. No se pega ojo porque nos damos cuenta que vamos tarde pa organizar cena con amiguetes.
Chicarrón del Norte que es un poseso perrunil está haciendo campaña para convencer al Sarcastrómetro de las bonanzas de tener un can, así que se quiere venir de expedición a casa par jugar con Taila y así ir derribando barreras prejuiciosas del Sarcastrómetro.

La cuestión es que nos hemos liao y tenemos que hacer la compra, cocinitas, adecentarse y sacar a Taila a dar el rulito de turno nocturno. Se nos acumula la faena de nuevo, no sé qué cojones hacemos con el tiempo.

Cuando llegan los invitados, que para más inri con el tema de la emoción perrunil, se nos han presentao media hora antes, todavía andamos con el delantal y los rulos puestos. Un contento de la huerta, vamos.
En vez de liarnos lo justo: tira con pa amb tomàquet i torti de patatas, a Potter le ha cogido el puntazo de fogonazo exótico y nos hemos liao a hacer sopa de miso y un wok que lleva tantos ingredientes que parece un cocido madrileño, la leche.
Nos han acompañao también Campanilla y Peter Punk que han ayudado a incrementar la bodega.
Les hacemos esperar más de una hora pero como tenemos reservas vitivinícolas a mogollón, está tó el mundo encantao y contento a rabiar.
No es por alardear pero la sopa de miso, de la que me he encargao yo en un 90% de la receta, ha quedao de colores. Ahora bien, si comparamos el wok del Potter con pollo, coco y todas las especias del mundo mundial, todavía ha quedao mejor.
Nos hemos puesto hasta la bandera de todo lo sólido y lo líquido.

El Sarcastrómetro se ha traido puesto un microvirus intestinal que se ha empeñao en engordar en casa, tal es así, que cuando hemos terminado de cenar hace doscientas visitas seguidas al excusado, agarra al Chicarrón del Norte por el cuello y se van por patas pa casa.
Hago de observatorio para ver si el resto se pone azul y hay que preocuparse seriamente por emponzoñamiento en masa. Como veo que siguen dándole al vino, me relajo. Empiezo a estar achispao e intuyo que Potter también, porque ya está proponiendo ir a hacer la penúltima al Adonis, un bar así como muy mariconcete que nos han plantificao al lao de casa en donde nos hacen unos juanantonios bastante correctos.
Me cambio indumentaria pinche-culinaria por salida nocturna de rompe-rasga en cinco minutos. Soy lo puto rayo.
Aquaplast para el jeto -todavía no me acostumbro a la nueva ilumiñación- maqueo y pinturicas porque yo lo valgo.
Nos vamos, Taila nos aplaude porque está hasta las pelotas de griterío, musiqueli y fumeteo. Me pide golosina de turno y se larga a soballa más contenta que unas pascuas.
El Adonis está hoy bastante tranquilico, hacemos rondica de juanantonios y nos vuelve a pasar el ya clásico huir del tiempo. Nos echan literalmente a las 2.30 con una cochina puntualidez. Nos han dejao huérfanos de bares.
Invade ataque de palo contumaz y ante la duda, decidimos que una retirada a tiempo es una victoria.
Yo voy de gallito y hago asomo de continuar, pero en realidez lo agradezco porque las piernas después de ataque montañil y cocinil me están haciendo higo.
Así que enfundaos en traje de temerario nos vamos a soballa.

Toppomultifunción no llego a todo, oyes

viernes, 11 de febrero de 2011

la cruda realidez


Ayer por la tarde BricoPotter tuvo un arranque de los suyos y después de unos cuantos meses volvió a la carga con el taladro y de una tacá, va y me instala una ristra de luces encima del espejo que es la pera.

Digamos que el baño ha cogido otro talante y de tanta ilumiñación que nos gastamos, verse reflejao en el espejo se ha convertido en el horror.
La cosa tiene guasa.

Uno jamás es lo suficientemente consciente del yuyito que da de cerca e iluminao propiamente. Me he descubierto una cantidez de cosas en el jeto - que antes ni siquiera las presentía- que hace tremolar al mejor maquillador del mundo.
Hasta ahora me maqueaba por intuición y el resultado se me ha revelado a todas luces (y nunca mejor dicho) descorazonador.

Esta mañana, después de sueño reparador aunque con el cerebro todavía apagao, me he levantao y al llegar al lavabo me he pegau un susto al verme que me he tenido que asistir yo mismamente de urgencia para masaje cardíaco.
Hasta la perra me gruñe en cuanto enciendo la luz. No vamos bien.

Hay que intervenir de forma perentoria pa subsanar estado estético de la cuestión y dejar de ser complicao de  mirar.

Toppo en busca de milagros





martes, 8 de febrero de 2011

los plastas

Parece ser que tengo un estado de salud un tanto lamentable, por así decirlo.
Sí, lo sé, no es ninguna novedez.

Resulta que la semana pasada me debió pillar justo en medio un remolino de ventolera y agarré por banda un constipao de putísima madre; cosa que me hizo permanecer un par de días medio agazapao en casa.

La guisa que me gasto cuando estoy chunguito es para apretar a correr y no parar hasta Sebastopol, hecho éste que no es óbice, valladar ni cortapisa para los ultraplastas de comerciales de cualquier empresa que se gastan unas estrategias de lo más agresivas a la vez que incordiantes.

Primero aporrean todos los timbres del interfono (con la palma de la mano), algún vecino imbécil (que los hay) les abre la puerta y entonces suben a usurpar la apacibilidad y sosiego que tiene uno en su kely.

El otro día me tocó a mí y sin comerlo ni beberlo, me aporrea la puerta- ¿este anormal no tiene timbre en su casa o qué?- la entreabro haciendo cabriolas para que Taila no salga a saludar y/o morderle los zapatos y en una millonésima de suspiro, se me había apoltronao el tío en el comedor.

La estampa era de órdago porque el tío, que había comido como poco dos toneladas de lenguas de gato, no paraba de hablar, se hizo con una factura de la luz o el gas (no lo recuerdo) y me iba diciendo no sé qué leches de facturación, descuentos, etcétera a la vez que iba girando la hoja enseñándome que unos son los que ponen el nombre y otros los que facturan (creo).
Le digo que no me maree, que me deje la información por escrito si la tiene, que si no, le diga a su superior que me la mande y que ya veré qué hago, soy un ratón reflexivo y tengo que valorar la situación (no me lo creo ni yo).

De mientras Taila no ha parao de juguetear con el maletín, con los pies del pavo y con su chaqueta y ni por esas se da por vencido.
A todas luces el pavo está sordo como una tapia, porque me ha ignorado por completo, no se quiere ir, no se levanta del sofá y me vuelve a repetir el mismo rollo.

Yo, que peco de impaciente, me hago con unas cuerdecillas que tengo por casa (agradezco los arranques de bricomanía del Potter) y una cinta de embalar y lo amordazo. El pavo no calla ni debajo del agua.
Cuando se ha hecho el silencio, le miro las orejotas, no hay cascarrias así que le manifiesto que ahora que me oye, me puede también escuchar: si tienes la información para revisarla la valoraré, si no, ahí está la puerta.

Parece que me ha entendido, recoge bártulos, lo acompaño a la puerta, lo desato, le estornudo encima y le pego una patadilla en el culo para que se vaya a dar por saco a otro sitio.

Qué a gusto me he quedao.

Topposatisfecho